Los pasos subterráneos de peatones han perdido su utilidad para los madrileños. El paisaje dentro de las galerías es desolador, como comprobó 20minutos en un recorrido por ellas: las paredes están llenas de grafitis, el suelo tiene una capa de polvo y orines, la pobre iluminación ahuyenta al peatón y en invierno sirven de hogar a los indigentes.
Pero tienen los días contados. El Ayuntamiento de Madrid los irá retirando paulatinamente en sus planes de peatonalización. "Son una herencia de los 70, cuando se favorecía al coche. Pero el peatón debe estar en superficie. Sin afectar a la movilidad, se eliminarán o destinarán a otro uso", explica el director de Espacios Públicos, Pablo Usán.
"Mientras sigan abiertos, deben estar vigilados, con limpieza diaria y luz adecuada", exige el edil socialista de Vías Públicas, J. Manuel Rodríguez.
Bajo las vías del tren
De los 38 pasos existentes en 2001, sólo quedan 8, después del cierre de galerías como Plaza de España y la Puerta de Alcalá, o de la conversión en centro de turismo de uno de los pasos de Colón. Además, hace pocas semanas se tapió el túnel bajo Recoletos en la Biblioteca Nacional.
A medio plazo, en el marco de la operación Chamartín, se clausurará el paso bajo la Castellana a la altura de las Cuatro Torres. También se plantean sustituir los tres túneles bajo el tren en Entrevías por pasarelas aéreas, "aunque eso depende de Fomento". Los únicos que permanecerán, de momento, son los de Banco de España y de Retiro, ya que sirven de acceso al metro.
Degradación subterránea
Los peatones ya casi no usan los pasos subterráneos de Madrid: al ver la degradación que hay bajo tierra prefieren ir por superficie. 20minutos recorrió los túneles antes de que sean retirados.
"Me da repelús, no hay luz", dice María. "Huele a retrete", añade J. Antonio. Casi nadie pasa por allí, excepto los indigentes. Los sin techo y sus enseres son parte del paisaje todo el invierno.
Las familias lo usan los domingos para ir al parque, pero "es muy chungo: robos, camellos, borrachos y yonquis", dice Carlos, músico. En la puerta siempre hay un joven vendiendo hachís.
Es muy transitado, al ser la única forma de cruzar la Castellana para ir a las Cuatro Torres y a La Paz. Se cambiará por una pasarela. Pese a su buena iluminación, se llena de grafiteros por la noche.
Era muy utilizado, pero lo acaban de tapiar: con la peatonalización de Recoletos ya no hará falta. La pobre iluminación y la falta de vigilancia policial lo convirtieron en un foco de vandalismo.
El tren divide en dos el barrio de Entrevías (Vallecas) y estos pequeños pasos son la única forma de enlazarlos. En el futuro se harán pasarelas aéreas o se soterrarán las vías.
Cruza de Ciudad Pegaso a Alameda de Osuna (Barajas). Era una antigua vía llena de heroinómanos, pero se ha remodelado como paseo ciclista y peatonal. Es el único limpio y vigilado por cámaras.
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